Un pequeño bebé ballena gris, salió a dar un paseo por el océano cuando de repente se dio cuenta de que se había alejado mucho de su casa. Se sintió muy triste y asustado, siguió nadando hasta quedar exhausto, ya casi sin fuerza y desesperado por estar lejos de los suyos, en medio de las aguas del norte de Australia, vio a su madre. El pequeño se acercó con el poco aliento que le quedaba se acercó intentando ser visto por ella, pero parecía no reconocerlo, el bebé lloraba y se acercaba más, pero ella simplemente lo ignoraba. El bebé de tan solo 2 meses de edad estaba triste, desconcertado, ¿por qué su madre no lo consolaba ni le daba de comer? ¿Qué acaso ya no lo quería?. La madre no era la misma de antes: su piel no era tan suave y al parecer era más grande. El color también era distinto, ahora en vez de su característico gris, era más bien pálida, blanca y fría.
Esto es lo que le sucedió el pasado lunes 18 de agosto a un bebé de ballena jorobada en Sidney, Australia. El ballenato confundió a un barco con su mamá… Al parecer el bebé se perdió, ya que los ruidos de las embarcaciones grandes lo desorientaron. Cuando vio un yate, lo confundió con su mamá y permaneció junto a él, y fue así cuando lo vieron y dieron aviso a los socorristas, los cuales no han podido ayudarlo, pues no se sabe cuantos kilómetros viajó y desde hace cuanto tiempo no recibe alimento, ya que al ser un bebé, aun toma leche materna y los expertos no saben como alimentarlo para que se recupere.
Es triste, pero una vez más, la actividad humana interfiere en la vida de los animales.
Es triste, pero una vez más, la actividad humana interfiere en la vida de los animales.